La marca El Ganso fue fundada en 2004 por los hermanos Clemente y Álvaro Cebrian. Cuando decidieron sacar una marca de ropa no tenían “ni idea de moda ni de retail”. Consiguieron un crédito, vendieron un coche, una moto, y con un capital de 30.000€ se lanzaron. Hoy, El Ganso es una marca española de referencia de gran expansión internacional, para la que trabajan 600 personas y con 150 puntos de venta.
“Nos costó muchísimo empezar, al principio no teníamos ni idea del sector y hemos pasado por momentos que nos han dado por todos los lados. Empezamos haciendo unas camisas de cuadros, le compramos la tela a un tío que nos engaño y al lavarlas se quedaban lisas“.
Primera Feria: Bread & Butter (feria de moda de Berlín que se trasladó a Barcelona). “Nos equivocamos en la temporada”. El Ganso llevó una colección de invierno pero lo que se estaba comprando en la feria era la colección de verano. Del pánico a la oportunidad: ¡¡¡en primavera hace mucho frío en Suecia¡¡¡. “Vendimos nuestra colección de invierno para la primavera sueca a una empresa del país escandinavo ”.
Cuando lo ves claro, en la vida hay que insistir.
Budapest 2005. Allí encontraron un tipo de zapatillas que a la larga se han convertido en una de las piezas claves de la marca. “El distribuidor no nos quería vender”. Consiguieron esta marca gracias a la perseverancia, y en este caso, también por un golpe de suerte.
“La ilusión y las ganas de hacer algo. Motivación y ganas de hacer las cosas, creo que debe ser lo primero que debe primar”.
“En 2006 entramos en un local en la calle Fuencarral, cuando la calle aún estaba en transformación, y creamos una pequeña tienda con un rollo alternativo. Tener una tienda en la calle nos ayudó mucho con el flujo de caja de tesorería. A partir de ahí las finanzas empezaron a ser otra cosa”.
Posteriormente abrieron una segunda tienda en Barcelona. “Creímos que el éxito de nuestra marca se debía a la localización de la tienda, lo que nos supuso muchos quebraderos de cabeza. Minusvaloramos la marca y el producto. Nos equivocamos. Hay que poner los recursos en donde realmente está el valor, no subestimarse y no intentar abarcar más de lo que puedes”. El refrán ‘el que mucho abarca, poco aprieta’ es verdad.
“Cuando llegó la anterior crisis financiera, tuvimos la oportunidad de entrar en locales muy bien situados a los que antes de la crisis hubiera sido imposible acceder. Esto nos permitió abrir en muchas ciudades, en lugares inimaginables para nosotros. Fueron años de crecimiento”.
“Abrir mercado en Chile nos permitió tener rotación de producto por el cambio de las temporadas/hemisferio. Pero la distancia da muchos problemas para la gestión diaria si no eres local”. En los mercados que no conoces hay que ir de la mano de un socio.
“Siempre fuimos digitales y desde el principio le dimos mucha importancia aunque al principio no hubiera pedidos. En el 2008 no existía la mentalidad de compra online”, pero esto poco a poco ha ido cambiando y actualmente la venta on-line tiene un gran crecimiento, y durante el COVID está siendo fundamental. “Gracias a que lo digital estaba muy desarrollado hemos sido capaces de afrontar esta situación. En la venta en tienda hemos tenido una bajada brutal pero ha subido mucho la venta online”.
“La primera vez que vi a alguien al que no conocía cruzando una calle de Madrid con una bolsa de El Ganso, me choqué con la vespa contra un árbol”
“Tienes la sensación que nadie lo va a hacer tan bien o con tanto cariño como tu. Nos cuesta muchísimo delegar. La decisión que nos costó muchísimo fue centrarnos en lo que uno sabe/puede hacer mejor, lo que genera más valor. Si no lo haces no podrás crecer. El resto, delega”.
Otro reto importantísimo del emprendedor es el de ser capaz de ilusionar, de motivar y llegar a tener un equipo que te siga: “Ideas hay muchas, lo complicado es desarrollarlas. Lo importante es el emprendedor, sus ganas y motivación. El resto está ahí y te puedes apoyar en diferentes actores”.
Para Clemente, la oportunidad de proyectos emprendedores de estar en Factoría de Industrias Creativas acompañados y mentorizados por profesionales de su sector es única, y está seguro de que a él en su momento le habría ayudado muchísimo. “Lo más importante es no perder la motivación y las ganas de hacer cosas, que es lo que mueve todo y sobre todo en este momento”, afirma uno de los hermanos Cebrián. Hay que mirar hacia delante, ver que hay salida y si eres un empresario creativo buscar esa otra mirada. “Es una época en la que muchas cosas van a caer o están cayendo pero creo que también surgen oportunidades. En ocasiones, así surgen las cosas buenas”.