Estamos viviendo un momento complejo donde se da la paradoja de poder preguntarle a Google cualquier cosa y obtener una respuesta inmediata y a la vez, hay temas sobre los que no tenemos ninguna seguridad y tenemos más preguntas que respuestas.
No lo decimos nosotros ni nos lo hemos inventado, estos son datos reales de estimaciones para el año 2030:
Parece claro que debemos replantearnos nuestra relación con el medio natural. Hasta ahora nos hemos guiado por un proceso de extracción de recursos, de transformación y adaptación y de puesta en el mercado, para posteriormente desechar estos productos de una manera muy rápida.
La economía lineal en la que estamos inmersos, donde hay poca relación entre la oferta y la demanda, provoca una pérdida de servicios ambientales. Según informes del Ministerio de Defensa de los Estados Unidos, se estima que a elementos como el Antimonio, utilizando en muchas aplicaciones industriales, desaparezca en no más de 10 años debido al uso intensivo que se está haciendo de los yacimientos donde se encuentra este material.
Tenemos buenas noticias, sí podemos. Empecemos a incluir procesos regenerativos en la fase de conceptualización de los productos, servicios y negocios. No es suficiente con minimizar el daño o impacto, sino que el objetivo último sería reponer lo que hemos utilizado para producir nuestro producto o servicio cultural o creativo.
Es en la fase de conceptualización donde debemos incorporar el ecodiseño para que nuestros productos y servicios ya nazcan con un carácter fácilmente recuperable y produzcan un verdadero beneficio para nuestros usuarios y clientes.
¿Convencido y comprometido para incorporar los principios de la economía circular y el ecodiseño a tu producto, servicio o modelo de negocio? Te contamos como hacerlo paso a paso.
Opta por materiales locales y de proximidad, que tengan baja densidad energética, que tengan baja huella hídrica, baja huella de carbono, alta tasa de renovabilidad y que no sean tóxicos ni perjudiciales para la salud humana ni para el medio ambiente.
Cuando hablamos de baja huella o bajo densidad nos estamos refiriendo a consumo medido en litros, kilowatios, energía… ¿Cuántos kilos de energía se han gastado desde que la fibra de algodón llega al consumidor en forma de camiseta?
Si no sabes el impacto que puede tener el material que quieres utilizar, te puedes guiar también por las certificaciones oficiales. También puedes ayudarte de aplicaciones móviles como Idemat.
Incorpora en tu proceso de producción procesos limpios o colabora con proveedores que utilicen componentes o repuestos reutilizables, que usen maquinarias con certificados energéticos, que aseguren el filtrado eficiente de humos y aguas residuales y que aseguren también una baja densidad energética y una baja huella hídrica en el procesado.
Por supuesto, asegúrate de no utilizar aditivos tóxicos o peligrosos y sobre todo, de seleccionar procesos de fabricación que tiendan al residuo nulo, como pueden ser fabricaciones a través de 3D o técnicas artesanales.
Haz un diseño plano para que tu producto se pueda transportar de una manera más eficiente y ocupe menos, reduce el peso y el volumen del packaging sin dañar el producto, mejora la organización de la distribución y el stock y aprovecha mejor las rutas y desplazamiento donde no se transporte carga.
Si no dispones de tu propio sistema de transporte, colabora con empresas que tengan flotas de transporte más eficientes y respetuosas con el medio ambiente y busca siempre que haya mayor proximidad entre el lugar de producción y el lugar de consumo.
Si puedes convertir tu producto en un LEGO, mucho mejor. Intenta que los componentes sean independientes y que se facilite la flexibilidad en la configuración y posición de los distintos componentes.
Opta también porque los respuestos y los componentes de tus distintos productos sean uniformes y puedan reutilizarse de un producto a otro.
Haz que tu producto o servicio incorpore distintas funcionalidades y que tenga más de una función, que sea más usable, que esté diseñado pensando en varios públicos y que sus funciones también sean modulares. Que se fácilmente desembalable y que las uniones de los componentes sean removibles.
Diseña productos que sean fácilmente reparables o que sea sencillo sustituir por repuestos, y que el usuario pueda acceder a todos los componentes en el caso de que alguno se deteriore.
Por supuesto, diseña productos resistentes al uso y las diferentes condiciones externas y metereológicas e incluso que se puedan autoreparar o que los materiales tengan “memoria”. Y recuerda una de las máximas del diseño: el estilo clásico nunca pasa de moda, por lo que siempre será actual y más perdurable.
¿Tu modelo de negocio debe basarse en la obsolescencia programada o puedes hacer un replanteamiento de sostenibilidad económica sin tener que vender más productos?
Piensa en usos compartidos de tu producto o servicios, donde el usuario pueda acceder a ellos y usarlos sin tener que tenerlos en propiedad y diséñalos con productos resistentes al uso de diferentes usuarios. Piensa también en modelos de negocio de servicios de intercambio de intangibles y en nuevos esquemas de monetización empresarial.
Apoya siempre la educación y la sensibilización hacia patrones de estilo de vida colaborativos y hacía un impacto social. Diseña productos que sean inclusivos, alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que respeten la igualdad de género y que faciliten la integración laboral de personas y colectivos desfavorecidos o en riesgo de exclusión social.
Ya son muchas marcas y empresas las que han integrado el ecodiseño en sus procesos y modelos de negocio.
Salvados: Salvados Beer es la primera cerveza artesanal de España que combate el desperdicio de alimentos, reemplazando parte de la cebada por pan que sería desperdiciado.
Orange Fiver: marca textil italiana que diseña tejidos a base de pulpa de cítricos, residuo húmedo que queda al final de la producción industrial del jugo de cítricos y que ya no se puede usar y que se tira como residuo.
Opendesk: plataforma que ofrece muebles diseñados de forma independiente y conecta a sus clientes con fabricantes locales de todo el mundo, evitando envíos masivos y potenciando cadenas de suministros distribuidas.
Wear2GO: tecnología galardonada y patentada que permite un desmontaje rápido y sencillo de la ropa al final de su vida útil, gracias al uso del hilo de coser Wear2® y a la tecnología de los microondas.