Esta sesión, enmarcada en los talleres sectoriales de la VI Edición de ImpulsaCultura Proyecta, puso sobre la mesa las cifras reales y los retos de emprender en el sector editorial.
"Hoy por hoy, cualquiera puede ya no solo escribir un libro, sino también publicarlo. ¡Como si no hubiera ya suficientes a la venta!". Con esta premisa, Pedro F. Medina, editor de Fandogamia y Presidente de la Associació d'Editorials del País Valencià (AEPV), arrancó una jornada destinada a despejar la neblina romántica que suele envolver al mundo del libro y centrarse en lo esencial: la viabilidad del proyecto.
¿Publicar por pasión o por negocio?
Durante la sesión, Medina desgranó las "tres claves" fundamentales que todo editor incipiente debe responder antes de lanzarse a la piscina: qué quiero publicar, cómo voy a llegar a la gente y cómo voy a pagar todo esto.
El ponente invitó a los asistentes a reflexionar sobre su valor añadido. En un mercado saturado de novedades, las dudas estratégicas son vitales: ¿Vamos a traducir obra extranjera o apostar por talento inédito? ¿Haremos un mix? ¿Aportamos algo nuevo a la obra al integrarla en nuestro catálogo o simplemente la imprimimos? ¿Publicaremos lo que nos gusta o lo que vende?
El dato clave: La regla del 20%
Uno de los momentos más reveladores del taller fue el análisis de la supervivencia empresarial. Medina fue contundente: las editoriales independientes presentan índices escasos de supervivencia en sus primeros cinco años si no logran conseguir al menos un 20% de venta directa (sin intermediarios) sobre su facturación anual.
En este contexto, el marketing deja de ser un accesorio para convertirse en una herramienta de supervivencia. "No importa cuántos libros publiques; un proyecto puede nacer con tan solo uno, dos o tres títulos", explicó Medina. Lo crucial no es el volumen, sino que esos títulos encuentren a su nicho de mercado y que el proyecto sepa camuflarse o diferenciarse inteligentemente respecto a la oferta de los grandes grupos editoriales, donde a menudo la única diferencia es el capital disponible.
La realidad del "Micro-editor"
Lejos de la imagen idílica del editor leyendo manuscritos junto a una chimenea, el taller mostró la realidad del "micro-editor": una figura orquesta que coordina la producción, mentoriza al autor, difunde en redes, vende en ferias, lleva la contabilidad e incluso "pica código" si la tienda online falla.
La jornada en el MACA concluyó con una sensación de realismo optimista: encontrar el propio rumbo antes de ser arrastrado por la "marea de novedades" es posible, siempre que se combine la pasión cultural con una estrategia de comercialización férrea y un ajuste presupuestario realista.
Este taller forma parte del ciclo de 5 encuentros sectoriales de ImpulsaCultura Alicante, diseñados para conectar a los profesionales de las Industrias Culturales y Creativas con las claves del negocio actual.